Buenas tardes señor depresión, hace unos meses descubrí que debo llamarlo “ego” o “yo” realmente hacia tiempo que no venía a visitarme, y aunque su presencia no es del todo grata, tal vez me gusta aprovechar su compañía para llorar junto a usted y desahogarme, escuchando un poco de radiohead para no oir sus alocados consejos porque ya me toca enfrentarlo, y después que usted se marcha me doy cuenta de lo que me hubiese perdido de haberle obedecido y bueno tampoco diré que no me gusta su compañía ya que me ha servido de musa muchas veces, creo que cada vez que viene tiene una cara distinta, probablemente sea para engañarme pero es gracioso que aunque lo intente no lo logre. Siempre que viene siento una debilidad física enorme, y mi mente pasa a un estado recesivo de todo lo que observa sólo sirve para empeorar mi situación, ya que me doy cuenta de lo que es este mundo.
Usted ya lleva algún tiempo junto a mi, aún recuerdo de niño sus repentinas visitas, y su larga estadía durante mi adolescencia, su alimento es la impotencia, la presión, o en termino general las dificultades, con su peso en mi espalda me ha tocado batallar, por alguna extraña razón usted se marcha y termino cumpliendo mi objetivo positivo y tal vez usted se regresa un poco decepcionado por mí conducta.
Estoy seguro que mi ser interior es tan poderoso que ni yo mismo tengo idea de cuánto, espero descubrirlo, al menos lo estoy intentando, considero que ese ser es el que me ha abierto los ojos a muchas realidades, espero estar cumpliendo con él, porque de lo contrario el señor “depre” como le decía de chamo, me llevará a vivir en su casa, y no quiero eso, en el tiempo que he estado con él ha sido capaz de haberme seducido a tal punto que he caído agotado, pero he descubierto que cuando viene al dibujar o escribir termina aburriéndose y se larga. De todos modos ya usted conoce mi dirección, en cualquier momento duro o un simple mal día, lo espero para que no sea usted el que se aproveche de mí, si no que ocurra el efecto contrario.
Hasta pronto.
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